| Descripción |
Litofanía de la Manufactura Real de Meissen, de formato rectangular y en disposición vertical, con la representación de un hombre galopando que, en el lomo del caballo, delante de él, lleva a una joven vestida de blanco, tumbada y con los brazos en alto, a la que sujeta con una mano mientras desenvaina su espada con la otra para deshacerse de otra mujer con vestido largo que, de rodillas en el suelo, se agarra desesperadamente a las piernas de la joven. Al fondo a la izquierda, otra figura a caballo se vuelve hacia atrás mientras dispara un arma de fuego, y a la derecha fondo de edificios en llamas cuya humareda se expande por el cielo.
Las litofanías son placas o pantallas de porcelana o biscuit cuyos relieves en negativo, vistos al trasluz, nos ofrecen una imagen en grisalla o en color, con más o menos efectos de claroscuro en función del grosor de la pieza. Debemos imaginarlas en las mesillas y tocadores de las alcobas románticas, en lámparas o marcos, o bien suspendidas mediante cadenas en las ventanas de las distintas habitaciones, a modo de vidriera.
Esta litofanía en concreto procede de una de las más famosas manufacturas europeas de porcelana de la época, la Manufactura Real de Meissen. Fundada en 1710 por Augusto II el Fuerte (1670-1733), fue una de las primeras en comenzar a producir estos objetos y la calidad que alcanzaron contribuyó a reafirmar su renombre.
Por lo que respecta a la iconografía, las escenas de las litofanías se obtenían habitualmente de grabados de una pintura original, aunque con el tiempo llegaron a utilizarse también daguerrotipos y fotografías. La temática es diversa, encontrando escenas infantiles, familiares, costumbristas, religiosas, galantes y románticas, bucólicas y de paisajes. Sonia Guisado, autora del libro "Las litofanías de San Lorenzo de El Escorial" (1991), señala que ésta en particular representa "El Rapto de las Sabinas". En su biografía de Rómulo, Plutarco cuenta que los romanos raptan a las sabinas para hacerlas sus esposas. Sin embargo, los rasgos de la figura masculina que protagoniza esta escena no son los de un romano. Margaret Carney, que en su libro "Lithophanes" (2008) reproduce una litofanía del Blair Museum of Lithophanes igual a ésta, con las mismas inscripciones en el reverso pero coloreada, la titula "Beduino raptando a una chica" y señala su procedencia de Meissen, extremo que se puede confirmar también por las marcas. En este sentido, las litofanías realizadas en Meissen en el siglo XIX llevan una marca numérica estampada en el reverso correspondiente al número de modelo tal y como figura en la lista de precios de la manufactura. Precisamente, la comparación de las placas con los números y los títulos o descripciones que constan en dicha lista permite confirmar su atribución. Esta litofanía lleva impreso en el centro del extremo inferior del reverso el número 202, que en la lista de precios de la Manufactura Real de Meissen lleva por título "Der Beduinenraub" ("El secuestrador beduino"). También lleva inciso en el ángulo inferior derecho del reverso el número 35. En este sentido, las litofanías de Meissen suelen llevar otra marca numérica que puede ser incisa, como en este caso, o estampada y que corresponde al artífice.
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